Amor al estudio: la pasión más necesaria para nuestra felicidad; un recurso seguro contra la adversidad, una fuente de placer inagotable.
En
este párrafo, Mme du Châtelet se posiciona frente a las ideas de la filosofía
de su tiempo que mantienen la inferioridad de la mujer en cuanto a su nivel
intelectual y a la razón; ella afirmará, en cambio, que no existe tal
inferioridad, reconociendo la igualdad de razón entre mujeres y hombres. Pero,
al mismo tiempo, es consciente de la desigualdad entre los sexos existente en
la sociedad de su tiempo, que justifica el reparto de espacios y ocupaciones
para unas y para otros.
Pero,
a pesar de esta desigualdad que conduce a las mujeres a excluirlas de determinados
ámbitos, vemos que Émilie reivindica el estudio como posibilidad del reconocimiento
que es necesario para que todo ser humano, especialmente las mujeres, pueda
alcanzar la felicidad. Y ella sabe que el estudio es la única puerta abierta
para poder disfrutar de los bienes reconocidos por la sociedad: la educación y
la cultura y, con ello, la intervención en el mundo de las letras. Y como hemos
visto a lo largo de su vida, ella aprovecha bien esta circunstancia para
elevarse dentro de un mundo del saber invadido mayoritariamente por los
hombres, ella conseguirá el reconocimiento de sus contemporáneos y alcanzará la
gloria, aunque no la pudiera gozar, pues le llegó póstumamente.
De
todas estas disquisiciones podemos llegar a la conclusión que, en el s. XVIII,
y para una categoría muy específica de mujeres, el amor al estudio se concibió
como una puerta de salida al mundo y las cosas que éste ofrecía para el
bienestar del ser humano. Por ello, para Émilie el amor al estudio «era la
pasión más necesaria para nuestra felicidad; es un recurso seguro contra la adversidad,
es una fuente de placer inagotable», y seguramente eso explica que sea uno de
los placeres que no desaparecen con la edad, y que se convierte en uno de los
principales de la vejez.
De
todo ello, podemos extraer los siguientes puntos claves sobre el amor al estudio
de Mme du Châtelet:
- Es un placer de los más importantes porque sólo depende de nosotros.
- Su independencia contribuye a que seamos más felices.
- Es la única puerta que las mujeres tienen abierta para acceder al reconocimiento público y, a través de él, al deseo futuro de la gloria, de ser reconocida por las generaciones futuras.
- Las mujeres tienen la misma capacidad intelectual que los hombres para acceder al mundo de la cultura, de las letras, de las ciencias. Aunque es consciente de las desigualdades sexuales que coloca a unos en unas esferas de poder, de las que son excluidas la otra mitad de la población.
- Y que el amor al estudio es el único placer que nos puede ayudar ante cualquier adversidad.
BIBLIOGRAFÍA:
MADAME DU CHÂTELET, Discurso sobre la felicidad y Correspondencia, Edición de Isabel Morant Deusa, Ediciones Cátedra, Universitat de València, Instituto de la Mujer, Colección Feminismos, 1997.
Todas las citas están tomadas de esta fuente.
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