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LAS TRECE ROSAS

El próximo 5 de agosto se cumplirán 75 años del fusilamiento de las Trece Rosas. ¿Motivos? Sus ideas, su honestidad y su bondad. Por eso, desde este humilde rincón de "Mi Mundo Violeta", vamos a hacerle un pequeño y merecidísimo homenaje, con el fin de contribuir a su recuerdo para que "sus nombres no se borren en la historia". 


Intentaremos aproximarnos un poco a la historia que desencadenó en aquel fatídico día -el 5 de agosto de 1939-, a las vidas de las trece jóvenes "asesinadas" por las fuerzas de represión franquistas, al texto del expediente número 30.426, en virtud del cual fueron enjuiciadas las Trece rosas, junto a cuarenta cinco personas más: otras dos mujeres (una de ellas también condenada a muerte, pero no fue ejecutada por un error administrativo) y cuarenta y tres hombres, todos ellos condenados a muerte; en total, de ese expediente saldrían 57 condenas a muerte, casi todas ellas recaídas en personas jóvenes que en muchos casos no habían cumplido los 20 años o apenas los sobrepasaban (menores de edad, habida cuenta que en 1939 la mayoría de edad estaba fijada en los 21 años). 

Y lo haremos a través de una serie de textos que irán apareciendo -al menos, esa es la intención- diariamente, hasta el 5 de agosto, cuando se cumplen 75 años de ese "vil asesinato". 

De momento y para abrir boca, os dejo con un poema de Julián Fernández del Pozo dedicado a las Trece Rosas:

Madrid se viste de luto,
por trece rosas castizas,
trece vidas se cortaron,
siendo jóvenes, casi niñas.

Malditas sean las almas,
de sus verdugos fascistas,
que con guadañas de odio,
segaron sus cortas vidas.

España es vuestra madre,
su cielo vuestra sonrisa,
sus campos tienen la sangre,
de unas rosas, casi niñas.

El pueblo de Madrid os quiere,
ese pueblo que abomina,
de salvadores de patrias,
de rojos y de fascistas.

Madrid es patria de todos,
su nombre solo mancillan,
el odio de los caciques,
cuya razón es la envidia.

Las rosaledas de parques,
de esta, nuestra España chica,
reflejarán vuestras caras,
vuestras sonrisas de niñas.

Benditas seáis mil veces,
benditas vuestras familias,
malditos los asesinos,
que nuestras rosas marchitan.

Sus nombres eran: Carmen Barrero Aguado, Martina Barroso García, Blanca Brisac Vázquez, Pilar Bueno Ibáñez, Julia Conesa Conesa, Adelina García Casillas, Elena Gil Olaya, Virtudes Gónzalez García, Ana López Gallego, Joaquina López Laffite, Dionisia Manzanero Salas, Victoria Muñoz García y Luisa Rodríguez de la Fuente.

A ellas se debe sumar Antonia Torre Yela, también condenada a muerte en el mismo consejo de guerra, pero no sería fusilada hasta el 19 de febrero de 1940 por un error administrativo (cuando pasó "la saca" la madrugada del 5 por la cárcel de Ventas, en la ejecutoria constaba Antonio Torres, en lugar de Antonia).

Y, finalmente, a ellas debemos también sumar a Julia Vellisca -eran 15 las mujeres que fueron "enjuiciadas" el 3 de agosto de 1939, por el expediente nº 30.426-, que fue la única que salvó la vida en aquel consejo de guerra a cambio de doce años de reclusión.


FUENTES: Wikipedia; Trece Rosas Rojas, de Carlos Fonseca; La voz dormida, de Dulce Chacón.

IMÁGENES: GOOGLE

POEMA: lavozdormida.blogia.com


Las Trece Rosas: la Causa 30.426 (I)



Las ejecuciones de mujeres habían comenzado el día 24 de junio de 1939, con el fusilamiento de las hermanas Guerra Basanta, Manuela y Teresa, y rara era la semana en la que no hubiera alguna, pero podemos decir que bajo este número, la causa 30.426, se escondió una de las matanzas más atroces del siglo XX: el vil asesinato colectivo celebrado en las tapias del Cementerio Este de Madrid el 5 de agosto de 1939 de trece jóvenes, muchas de ellas menores de edad, que ha pasado a la historia como la ejecución de las "Trece Rosas Rojas". 

Su destino empezó a marcarse el día 2 de agosto de 1939, cuando fueron llamadas "a jueces", a personarse ante el juez instructor de su causa, "el magistrado Eduardo Pérez Griffo, de treinta años, capitán honorífico del Cuerpo Jurídico Militar y titular del Juzgado Militar número 8, que había instruido el sumario con la colaboración del falangista José Zubizarreta Gutiérrez como secretario", bajo la acusación de "rebelión militar", "por el que el fiscal les pedía la pena de muerte". A pesar de que habían sido interrogadas por juzgados diferentes y acusadas de delitos distintos, e incluso de que algunas no se conocieron hasta ingresar en la cárcel de Ventas, "la autoridad judicial había decidido refundir sus causas en una sola y dar así unidad a una investigación que no la tenía".

La instrucción finalizó con un auto de procesamiento y compendio de las actuaciones, en el que el magistrado las acusaba, junto a otras dos mujeres y a otros cuarenta y tres muchachos más, "de formar parte de las Juventudes Socialistas Unificadas, una de las organizaciones que (...) pretende ejecutar en España las órdenes que le vienen del extranjero para procurar el fracaso de las instituciones político-jurídicas del Nuevo Orden Estatal, que el Ejército y la Falange han dado e impuesto a España (...)", además de formar parte de una red "de apoyo a los presos" y, como acusación más grave, la de proyectar "un golpe de mano el día del desfile de la victoria, para lo cual habían recogido armas y explosivos", con el fin de "boicotear las iniciativas de engrandecimiento patrio, y seguir en la paz la misma tónica que en la pasada guerra: infamias, mentiras, atentados, lucha de clases, comunismo, masonería, etc.". Entre medias se las acusaba de preparar un atentado contra Franco y de inductor@s del asesinato del comandante de la Guardia Civil Isaac Gabaldón Irurzun, cometido el día 29 de julio de 1939, cuando todas las personas condenadas a muerte bajo este fatídico número llevaban tiempo en prisión.

Al día siguiente, el 3 de agosto de 1939, comenzaría un final sin retorno, en principio, para catorce mujeres cuyo delito fue luchar por la libertad, y ayudar a las personas más necesitadas; la única evidencia que podría constarle a la autoridad judicial era la pertenencia de algunas de ellas a las Juventudes Socialistas Unificadas y al Partido Comunista de España, pero otras, como por ejemplo Blanca Brisac, no había pertenecido ni se le conocía ideología política.

Casi 75 años después, el espíritu de las Trece Rosas debe permanecer en nuestra memoria colectiva; porque representa un pasado que es necesario conocer y esclarecer para poder hacer justicia. Una justicia que se sigue negando a miles de personas que dieron su vida por la democracia y siguen enterradas en fosas comunes.

La Historia pondrá a cada persona en su lugar, y, los nombres de las Trece Rosas no se han borrado en la Historia, como pidió Julia Conesa Conesa, en la última carta que escribió a su familia, poco antes de ser vilmente asesinada. Recordemos, nuevamente, sus nombres: Ana López Gallego, Victoria Muñoz García, Martina Barroso García, Virtudes González García, Luisa Rodríguez de la Fuente, Elena Gil Olaya, Dionisia Manzanero Sala, Joaquina López Laffite, Carmen Barrero Aguado, Pilar Bueno Ibánez, Blanca Brisac Vázquez, Adelina García Casillas y Julia Conesa Conesa.




PARA QUE VUESTRA MEMORIA PERDURE A TRAVÉS DE LOS TIEMPOS

El sol esa mañana
salió vestido de negro.
Se ocultó tras una nube
no quería ver
lo que estaba viendo.
La luna se fue llorando
para no verlo;
se quitó la bata de cola
y la cambió por un vestido
de crespón negro.
Lloraba gotas de sangre
sobre las tapias del cementerio
de la Almudena, testigo mudo
de aquel suceso.
También lloró la paloma
por las Trece Rosas
caídas, inertes en el suelo
y de tantos compañer@s.
Era la España negra,
sin libertad ni derechos.
Balas de acero
os quitaron la vida,
la libertad, la esperanza
y los sueños.
Fueron voces calladas
a sangre y a fuego.
Para l@s que dieron su vida,
para l@s que fueron encarcelad@s,
para l@s que fueron encerrad@s
en los campos de concentración 
sin libertad ni derechos.
Para l@s perseguid@s.
Para l@s que aún viven.
Para los sueños rotos
de tant@s compañer@s.
Para que vuestra memoria
no quede en el olvido.
Aunque no caminemos junt@s
y el esplendor de las flores
no os devuelvan la vida
viviréis para siempre
en nuestros corazones
y vuestro recuerdo
perdurará en nosotr@s
a través de todos los tiempos.


FUENTES: Las Trece Rosas Rojas, de Carlos Fonseca; La voz dormida, de Dulce Chacón; Blog Hablandorepublica; Blog cuadernosdealfonsosalazar; Poema: http://trecerosas.crearforo.com/poesia-a-las-trece-rosas-tema80.html

Las Trece Rosas: La Causa 30.426 (II). El Consejo de Guerra

"Venceréis, pero no convenceréis.
Venceréis porque tenéis sobrada fuerza bruta,
pero no convenceréis,
porque convencer significa persuadir.
Y para persuadir necesitáis algo que os falta:
razón y derecho en la lucha."

MIGUEL DE UNAMUNO

A las nueve y media de la mañana del jueves 3 de agosto de 1939, las Trece Rosas junto a dos muchachas más fueron trasladadas desde la prisión de mujeres de Ventas hasta el Palacio de Justicia, donde tendría lugar el consejo de guerra para juzgar la causa número 30.426, instruida por el procedimiento sumarísimo de urgencia. Y cuya competencia había recaído en el Consejo de Guerra Permanente nº 9, presidido por el Teniente Coronel Isidro Cerdeño Gurich, y la asistencia, como vocales, de los capitanes Remigio Sigüenza Plata y Fernando Ruíz Feingenspan, y el teniente José Sarte Julia. El capitán García Marco era el encargado de redactar la Sentencia.

Esta causa incluía a un total de 58 personas acusadas, 43 muchachos y 15 muchachas, la mayoría menores de edad; y todas ellas acusadas por su militancia en las Juventudes Socialistas Unificadas (JSU) o en el Partido Comunista de España (PCE) y en la organización de un "socorro rojo" para ayudar a los derrotados. Y en un alegato final del fiscal acusaba a todas las personas procesadas "de ser responsables de un delito de adhesión a la rebelión, previsto y penado en el art. 238 del Código de Justicia Militar, con la agravante de la 'trascendencia de los hechos y peligrosidad'". Aunque no se contemplara en la causa -como es lógico-, el delito por el que iban a ser juzgadas estas 58 personas y por el que iban a ser condenadas a la pena de muerte -salvo una muchacha-, no era otro que el de defender la libertad, los valores y principios de la II República, legítimamente salida de las urnas, y por ser ROJ@S!!! El Régimen Franquista quería que esta condena sirviera de castigo ejemplar para que todos y todas se mantuvieran dentro de los márgenes marcados por el nuevo régimen impuesto a España por los vencedores. El comunismo era un peligro, y los y las comunistas (l@s roj@s) eran los enemigos y enemigas a vencer.

Tras el turno de palabra del fiscal con el relato de las acusaciones de todas y cada una de las 58 personas incluidas en dicha causa, le tocó el turno al abogado defensor, también perteneciente al ejército; el cual sólo fue un convidado de piedra que sirvió para hacer más macabra la farsa judicial, en un tira y afloja sobre las penas a exigir: si el fiscal pedía la pena de muerte, la defensa solicitaba cadena perpetua; si el primero pedía cadena perpetua, el otro lo rebajaba a reclusión mayor; y así sucesivamente; en un juego macabro que demuestra a las claras el valor que el régimen franquista concedía a la vida de quienes la dieron -su vida- en nombre de la libertad y de la democracia.

Después de aquella pantomima, el presidente del Consejo de Guerra Permanente nº 9, el Teniente Coronel Isidro Cerdeño Gurich, "declaró constituido el consejo en sesión secreta para deliberar y dictar sentencia". Sentencia que fue redactada el mismo día, "declarando probadas todas y cada una de las acusaciones del fiscal". En palabras de Carlos Fonseca, "la resolución estaba redactada con la retórica de los vencedores: grandilocuente, ampulosa, ramplona y hueca, en la que los razonamientos jurídicos habían sido sustituidos por soflamas patrióticas que servían para justificar un fallo decidido de antemano": 57 penas de muerte y una reclusión a 12 años y un día. Sólo Julia Vellisca, compañera de las Trece Rosas, salvaría la vida en aquel consejo de guerra, siendo la única concesión de éste a la defensa. 

La farsa judicial había acabado. Las esperanzas de las muchachas quedó, entonces, depositadas en la petición de indulto: 14 solicitudes que quedarían dormidas en el cajón de la mesa de la directora de la Cárcel de Ventas; rompiéndose el fino hilo que las unía a la vida; una corta vida que se iba consumiendo quizá demasiado deprisa. 


BIBLIOGRAFÍA: Trece Rosas Rojas, de Carlos Fonseca, 2004, Madrid: Temas de hoy, Historia Viva.

Las Trece Rosas: La Causa 30.426 (III). La Sentencia

La farsa judicial, que impuso 57 penas de muerte, entre las que se encontraban las 13 jóvenes, las Trece Rosas, acabó -como no podía ser menos- con una sentencia, redactada y publicada el mismo día, 3 de agosto de 1939; en seis folios quedaron sesgadas la vida de estas jóvenes; en una sentencia "que lo mismo habrían servido para justificar esta causa [la 30.426] que cualquier otra contra los enemigos de la patria, y que concluían en un terrible 'fallamos que debemos condenar y condenamos a cada uno de los procesados a la pena de MUERTE y accesorias legales para caso de indulto'"; un indulto que quedaría olvidado en los cajones de una mesa de despacho, el de la directora de Ventas... 



A continuación, transcribimos literalmente la sentencia que puso fin a esta pantomima:

En la plaza de Madrid, a 3 de agosto de 1939, Año de la Victoria. Reunido el Consejo de Guerra Permanente número 9 para ver y fallar la causa número 30.426, que por el procedimiento sumarísimo de urgencia se ha seguido contra los procesados José Pena Brea y 57 más, todos ellos mayores de edad penal y cuyas demás circunstancias constan en el presente sumario. Dado cuenta de los autos por el Sr. Secretario, oídos los informes del Ministerio Fiscal y de la Defensa, y las manifestaciones de los procesados, presentes en el acto de la vista, y

RESULTANDO probado, y así lo declara el Consejo, que los procesados, miembros de las JSU y del Partido Comunista con enlace para ejecutar en nuestra patria órdenes emanadas del extranjero, tenían por misión hacer fracasar las instrucciones político-jurídicas de nuestro Estado Nacional, para lo cual circularon las órdenes necesarias a fin de organizarse nuevamente y poder actuar en aquellas misiones que pudieran producir aquellos actos delictivos que vulnerasen en cuanto fuese posible el orden social y jurídico de la Nueva España, conjurando para ello la recogida de armas, recaudación de dinero y actos de fuerza y de propaganda consecuentes a tal fin, y tratando de infiltrarse en las filas de FET y de las JONS y del Ejército, siendo dirigida toda esta actuación criminal por el Comité Provincial, con la ayuda eficaz de las jóvenes afiliadas a las referidas JSU. 

RESULTANDO probado, y así lo declara el Consejo, que el procesado JOSÉ PENA BREA es el secretario general del Comité Provincial de las JSU, perteneciendo al Partido Comunista desde 1936, dedicándose a organizar, en contacto con dicho partido, las referidas JSU.

RESULTANDO probado, y así lo declara el Consejo, que el procesado FEDERICO BASCUÑANA SÁNCHEZ era el enlace entre el Partido Comunista y las JSU, recibiendo consignas del Comité Nacional, siendo autor o mejor responsable de los actos de sabotaje.

RESULTANDO probado, y así lo declara el Consejo, que el procesado SEVERINO RODRÍGUEZ PRECIADO ha sido de los más activos de la organización marxista, siendo el secretario general de la organización y miembro del Comité Provincial.

RESULTANDO probado, y así lo declara el Consejo, que la procesada PILAR BUENO IBÁÑEZ es miembro del Comité Provincial, teniendo por misión la de favorecer mediante suscripciones a los presos y ayudar a la recogida de armas, así como organizar la sección femenina.

RESULTANDO probado, y así lo declara el Consejo, que el procesado RUBÉN MUÑOZ ARCONADA era el secretario de Agitación y Propaganda del Comité Provincial de las JSU, actuando también durante la guerra de secretario general de una brigada, habiendo planeado un atraco en la tienda de ultramarinos de la calle Dulcinea, para lo que le fue entregada por López del Pozo una pistola, siendo autor de la propaganda y el enlace con los secretarios de agitación de cada sector.

RESULTANDO probado, y así lo declara el Consejo, que el procesado ANTONIO LÓPEZ DEL POZO, voluntario en el batallón de milicias Las Águilas y miembro de las JSU al terminarse la guerra, y puesto al habla con Severino y otros dirigentes de las Juventudes, tenía el encargo de establecer contacto con otras organizaciones y anotar nombres que pudieran filtrarse en FET de las JONS, constituyendo un servicio que actuara dentro de dicha organización nacional.

RESULTANDO probado, y así lo declara el Consejo, que la procesada VIRTUDES GONZÁLEZ GARCÍA de las JSU era la secretaria femenina del Club Pablo Vargas y del Comité Provincial, trabajando clandestinamente con López Laffite en la organización femenina, entrevistándose con los dirigentes en el metro de Ríos Rosas.

RESULTANDO probado, y así lo declara el Consejo, que la procesada JOAQUINA LÓPEZ LAFFITE era enlace del Comité Provincial de las JSU, recibiendo en su casa las contraseñas de cada día, siendo además el lugar de la cita de los elementos dispersos, y formando parte del Comité Provincial, donde desempeñaba el cargo de secretaria femenina y de secretaria general.

RESULTANDO probado, y así lo declara el Consejo, que el procesado JOSÉ GUTIÉRREZ GONZÁLEZ formó parte de una brigada de guerrilleros rojos en los frentes de Guadarrama, pasando varias veces a la zona Nacional disfrazado de Guardia Civil, habiéndole sido encontradas por la policía diversas armas y ejerciendo el cargo de secretario responsable militar del sector Norte, teniendo el mando de seis escuadras por él organizadas.

RESULTANDO probado, y así lo declara el Consejo, que el procesado FRANCISCO SOTELO LUNA, perteneciendo al Partido Comunista y a las JSU, se ausenta de Sevilla al ser tomada la población por las tropas nacionales, desembarcando en San Juan de Nieva y actuando voluntario en el Ejército rojo, así como en unión de una tal Luisa en los trabajos de organización de las JSU.

RESULTANDO probado, y así lo declara el Consejo, que el procesado JOSÉ LUIS SANABRIA MUÑOS, del Partido Comunista desde 1936, una vez terminada la guerra y puesto en comunicación con Cecilio Sotelo se ha dedicado a organizar el Partido Comunista, colaborando con todos sus elementos.

RESULTANDO probado, y así lo declara el Consejo, que el procesado VALENTINO OLLERO PAREDES era el secretario general del señor Oeste de las JSU.

RESULTANDO probado, y así lo declara el Consejo, que el procesado FRANCISCO MONTILLA TORRES, voluntario del Ejército rojo, ostentaba el cargo de secretario general del sector Este. 

RESULTANDO probado, y así lo declara el Consejo, que la procesada CARMEN BARRERO AGUADO, perteneciente al Partido Comunista, se entrevistó con Sotelo, pasando a trabajar en la colectividad con el Partido Comunista, confeccionando un plan de trabajo para la sección femenina.

RESULTANDO probado, y así lo declara el Consejo, que la procesada DIONISIA MANZANERO SALAS era el enlace de Bascuñana para el contacto con las diversas ramas de las organizaciones de las JSU y Partido Comunista.

RESULTANDO probado, y así lo declara el Consejo, que el procesado RAMÓN FERNÁNDEZ PEÑA, voluntario del Ejército rojo, fue el enlace con un tal Arconada, transmitiendo instrucciones, ayudando a los detenidos y buscando compañeros que quisieran trabajar.

RESULTANDO probado, y así lo declara el Consejo, que el procesado RAFAEL MUÑOZ COUTADO, voluntario del Ejército rojo en el batallón Capitán Condes se entrevistó con Muñoz Tárraga para trabajar en la colectividad, poniéndose en contacto con el jefe militar del sector de Chamartín de la Rosa, quien le dio el encargo de recoger armas y buscar a los individuos más activos de su barriada.

RESULTANDO probado, y así lo declara el Consejo, que el procesado ISIDRO HERNÁNDEZ DE LA FUENTE, secretario del Círculo de Vicente Barrios, una vez liberado Madrid formó parte de un grupo para combatir al fascismo, perteneciendo al sector del radio de Chamartín, teniendo por misión recoger armas para cometer actos de violencia, alentando esta labor con la espera del ejército que se estaba organizando para ayudarles, a cuyos oficiales se estaba capacitando en Francia.

RESULTANDO probado, y así lo declara el Consejo, que el procesado VICENTE CRIADO PÉREZ es miembro del grupo dirigido por Ricardo Gómez en el Sector de Chamartín de la Rosa, teniendo por misión la busca de armas.

RESULTANDO probado, y así lo declara el Consejo, que el procesado JULIO MARTÍNEZ PÉREZ, del Partido Comunista y voluntario rojo en Carabineros, se entrevistó una vez liberado Madrid con Muñoz Coutado para recoger armas para el día de la Victoria, en el que iba a haber "leña", así como repartir pasquines injuriosos para nuestro Caudillo que decían "Menos Franco y más pan blanco", habiendo extraído de un pozo varias bombas.

RESULTANDO probado, y así lo declara el Consejo, que el procesado MÁXIMO DE DIEGO DE DIEGO era de los complicados en el complot de las JSU que venía funcionando clandestinamente desde la liberación de Madrid.

RESULTANDO probado, y así lo declara el Consejo, que el procesado VICENTE MARTÍNEZ ACIRÓN estaba complicado en la organización clandestina de las JSU, participando en las actividades. 

RESULTANDO probado, y así lo declara el Consejo, que el procesado FRANCISCO FERNÁNDEZ GONZÁLEZ pertenece a las JSU, integrando uno de los grupos, ocupándosele una pistola por la Policía y estando afecto al sector de Chamartín de la Rosa.

RESULTANDO probado, y así lo declara el Consejo, que el procesado ROMÁN PRIETO MARTÍN trabajaba clandestinamente en las JSU, tomando parte de sus actividades delictivas.

RESULTANDO probado, y así lo declara el Consejo, que la procesada ANITA LÓPEZ GALLEGO, perteneciente a las JSU, formaba parte de uno de los grupos de aquélla, interviniendo igualmente en las actividades de la misma.

RESULTANDO probado, y así lo declara el Consejo, que la procesada ANTONIA TORRE YELA, de las JSU, estaba complicada en el trabajo clandestino de dicha organización delictiva.

RESULTANDO probado, y así lo declara el Consejo, que la procesada VICTORIA MUÑOZ GARCÍA formaba parte de los grupos clandestinos de las tan repetidas JSU.

RESULTANDO probado, y así lo declara el Consejo, que la procesada ELENA GIL OLAYA tomaba parte en las actividades delictivas de las JSU, siendo miembro del grupo de Sergio Ortiz.

RESULTANDO probado, y así lo declara el Consejo, que el procesado FELIPE ARRANZ MARTÍN formaba parte igualmente de los grupos de las JSU, interviniendo en el trabajo clandestino de tal organización.

RESULTANDO probado, y así lo declara el Consejo, que la procesada LUISA RODRÍGUEZ DE LA FUENTE era jefe de uno de los grupos de las JSU.

RESULTANDO probado, y así lo declara el Consejo, que la procesada MARTINA BARROSO GARCÍA tomaba parte en los trabajos clandestinos de las JSU, siendo después de liberado Madrid citada e invitada para trabajar en la clandestinidad.

RESULTANDO probado, y así lo declara el Consejo, que el procesado DAVID BEDMAR ARCAS fue durante la guerra secretario de organización de batallón y brigada, después del 21 cuerpo del Ejército, dedicándose después de la liberación de Madrid a trabajar clandestinamente por el Partido Comunista y las JSU, teniendo una reunión con los jefes de la organización, alguno de los cuales no conocía, descubriéndolos por la consigna consistente en pedirle lumbre para encender el cigarro y contestándole si tenía tabaco.

RESULTANDO probado, y así lo declara el Consejo, que el procesado JOAQUÍN ÁLVARO BLANCO, alias el Marxista, trabajaba en las JSU, por mediación de América Rincón, quien enterada de que el encargado tenía un certificado de haber estado en la cárcel durante el dominio rojo por haber robado una máquina de escribir, le instó en FET y de las JONS para que trabajase por las JSU dentro de aquella organización nacional, aceptando el encargado.

RESULTANDO probado, y así lo declara el Consejo, que el procesado ADOLFO LATORRE TOLEDO desde la liberación de Madrid y a su regreso a esta capital desde Valencia el 31 de marzo está complicado con sus trabajos en la organización clandestina de las JSU.

RESULTANDO probado, y así lo declara el Consejo, que el procesado ENRIQUE BUSTAMANTE SÁNCHEZ, miembro de las JSU, ha participado en el complot de dicha organización y en las actividades subversivas de la misma contra el Estado Nacional. 

RESULTANDO probado, y así lo declara el Consejo, que el procesado FRANCISCO NIETO VAQUERIZA de las JSU ha participado activamente en la actividad clandestina de aquéllas y en su organización y contacto con el Partido Comunista.

RESULTANDO probado, y así lo declara el Consejo, que el procesado GIL NOGUEIRA MARTÍN, de las JSU, celebraba reuniones clandestinas en su domicilio, estando complicado en el complot de dicha organización.

RESULTANDO probado, y así lo declara el Consejo, que el procesado JORGE ESCRIBANO RILOVA participaba en las actividades clandestinas de las JSU como miembro integrante de la misma.

RESULTANDO probado, y así lo declara el Consejo, que el procesado CARLOS LÓPEZ GONZÁLEZ tenía como misión cometer actos de sabotaje el día del desfile de la Victoria y en el camión que traía de Valencia venían tres pistolas, una de ellas del calibre 9 largo.

RESULTANDO probado, y así lo declara el Consejo, que el procesado FERNANDO LÓPEZ GONZÁLEZ, hermano del anterior, intervenía igualmente en las actividades clandestinas del Partido Comunista en contra de las instituciones nacionales.

RESULTANDO probado, y así lo declara el Consejo, que el procesado ENRIQUE SÁNCHEZ PÉREZ trabajaba clandestinamente en las JSU, siendo miembro antiguo de las mismas.

RESULTANDO probado, y así lo declara el Consejo, que el procesado PASCUAL GONZÁLEZ PÉREZ intervenía en las actividades delictivas de las JSU después de la liberación de Madrid.

RESULTANDO probado, y así lo declara el Consejo, que el procesado MANUEL GONZÁLEZ PÉREZ trabajaba igualmente dentro de la organización clandestina de las JSU, tomando parte en sus actividades delictivas.

RESULTANDO probado, y así lo declara el Consejo, que el procesado ANTONIO FUERTE MORENO PEÑUELAS ha estado igualmente complicado en las actividades delictivas de las JSU como miembro de las mismas.

RESULTANDO probado, y así lo declara el Consejo, que el procesado ALFONSO DOMÍNGUEZ PALAZUELO ha tomado igualmente parte en las actividades clandestinas de las JSU.

RESULTANDO probado, y así lo declara el Consejo, que el procesado PEDRO LILLO CARBALLO, al igual que los anteriores, ha intervenido en la organización y desarrollo de las actividades delictivas de las JSU.

RESULTANDO probado, y así lo declara el Consejo, que los procesados GREGORIO SANDOVAL GARCÍA, IGNACIO GONZÁLEZ HERNÁNDEZ Y DELFÍN AZCUAGA MONTES, miembros igualmente de las JSU, han participado en su organización clandestina y en sus actividades delictivas.

RESULTANDO probado, y así lo declara el Consejo, que la procesada JULIA CONESA CONESA ha participado también en las actividades clandestinas de las JSU, habiendo sido secretaria de deportes de dicha organización, prestando servicio durante el dominio rojo en Madrid como cobradora de tranvías.

RESULTANDO probado, y así lo declara el Consejo, que los procesados ADELINA GARCÍA CASILLAS, ENRIQUE GARCÍA MAZAS, ESTEBAN DODIGNON GÓMEZ, DOMINGO CÁNDIDO LUENGO FERNÁNDEZ Y BLANCA BRISAC VÁZQUEZ como miembros de las JSU, y el Enrique, además, del Partido Comunista, han intervenido en los trabajos de organización y actividades de las JSU.

RESULTANDO probado, y así lo declara el Consejo, que el procesado CELESTINO FERNÁNDEZ GALÁN era el secretario del Radio Ventas de las JSU, asistiendo a una reunión celebrada en la plaza de Manuel Becerra y formado tres escuadras después de la liberación de Madrid para luchar contra el nuevo Estado.

RESULTANDO probado, y así lo declara el Consejo, que el procesado LUIS NIETO ARROYO aparece de las actuaciones sumariales como uno de los principales componentes de la organización clandestina de las JSU.

RESULTANDO probado, y así lo declara el Consejo, que la procesada JULIA VELLISCA DEL AMO aparece solamente afiliada al círculo Aida Lafuente y a las escuelas Alerta.



CONSIDERANDO que constituyendo el móvil de nuestro Movimiento Nacional la necesidad imperiosa y sagrada de salvar, no ya las ideas o principios de la Patria, sino su propia existencia, fundamentándose aquél por ello en factores de honor, disciplina y sacrificio, que con carácter de revocables e intangibles han de permanecer incólumes, defendidos dentro de un orden de derecho que con plena y absoluta autoridad rige las instituciones de la Nación, sin que cuantos postulados integraran aquel Glorioso Movimiento puedan ser nunca violados sin que surja en el acto el derecho efectivo de defensa que al Estado Nacional corresponde por medio de sus órganos sancionadores, correctores y represivos.

CONSIDERANDO que la actuación de los procesados es reveladora de su plena y absoluta identificación con las doctrinas marxistas, acusándose tal identificación palmariamente, no sólo por los antecedentes de los encartados, sino por su contumacia en el desarrollo de aquella actuación, que extravasando el mero aspecto ideológico se ha concretado con realidad específica y determinada en exteriorizaciones categóricas demostrativas de una intención de solidaridad con la causa roja, de sobrada relevancia penal para definir una responsabilidad criminal de los procesados como autores por participación directa y voluntaria de un delito de adhesión a la rebelión previsto y penado en el párrafo 2º del artículo 243 del Código de Justicia Militar y Bando declaratorio del Estado de Guerra.

CONSIDERANDO que dadas las convicciones en que los hechos se han realizado, son de ineludible apreciación las circunstancias agravantes de trascendencia de los hechos realizados, peligrosidad de los encartados y daños causados o podidos causar al Estado Nacional, de conformidad con el artículo 173 del Código de Justicia Militar.

CONSIDERANDO que en cuanto a la procesada JULIA VELLISCA se refiere, los hechos por ella realizados en su menor graduación penal han de ser encuadrados en la figura jurídica de auxilio a la rebelión, delito del que es autora la procesada por participación directa y voluntario, y que está previsto y penado en el artículo 240 del Código de Justicia Militar, sin que sean de apreciar circunstancias modificativas de la criminal.

CONSIDERANDO que todo responsable criminalmente de un delito lo es también civilmente, conforme los artículos 219 y 19 de los códigos castrense y ordinario, respectivamente, y decretos 108 y 10 de enero de 1937.


VISTAS las disposiciones legales citadas: Bando declaratorio del Estado de Guerra. Decreto número 55 y sentencias del Alto Tribunal de Justicia Militar de 21 de mayo de 1937, 9 y 30 de junio del mismo año y 21 de noviembre de 1936.


FALLAMOS que debemos condenar y condenamos a cada uno de los procesados JOSÉ PEÑA BREA, FEDERICO BASCUÑANA SÁNCHEZ, SEVERINO RODRÍGUEZ PRECIADO, PILAR BUENO IBÁÑEZ, RUBÉN MUÑOZ ARCONADA, ANTONIO LÓPEZ DEL POZO, VIRTUDES GONZÁLEZ GARCÍA, JOAQUINA LÓPEZ LAFFITE, JOSÉ GUTIÉRREZ GONZÁLEZ, FRANCISCO SOTELO LUNA, JOSÉ LUIS SANABRIA MUÑOZ, VALENTÍN OLLERO PAREDES, FRANCISCO MONTILLA TORRES, CARMEN BARRERO AGUADO, DIONISIA MANZANERO SALAS, RAMÓN FERNÁNDEZ PENA, RAFAEL MUÑOZ COUTADO, ISIDRO HERNÁNDEZ DE LA FUENTE, VICENTE CRIADO PÉREZ, JULIO MARTÍNEZ PÉREZ, MÁXIMO DE DIEGO DE DIEGO, VICENTE MARTÍN ACIRÓN, FRANCISCO FERNÁNDEZ GONZÁLEZ, ROMÁN PRIETO MARTÍN, ANITA LÓPEZ GALLEGO, ANTONIA TORRE YELA, VICTORIA MUÑOZ GARCÍA, ELENA GIL OLAYA, FELIPE ARRANZ MARTÍN, LUISA RODRÍGUEZ DE LA FUENTE, MARTINA BARROSO GARCÍA, DAVID BEDMAR ARCAS, JOAQUÍN ÁLVARO BLANCO, ADOLFO LATORRE TOLEDO, ENRIQUE BUSTAMANTE SÁNCHEZ, FRANCISCO NIETO VAQUERIZA, GIL NOGUEIRA MARTÍN, JORGE ESCRIBANO RILOVA, CARLOS LÓPEZ GONZÁLEZ, FERNANDO LÓPEZ GONZÁLEZ, ENRIQUE SÁNCHEZ PÉREZ, PASCUAL GONZÁLEZ PÉREZ, MANUEL GONZÁLEZ PÉREZ, ANTONIO FUERTE MORENO PEÑUELAS, ALFONSO DOMÍNGUEZ PALAZUELOS, PEDRO LILLO CARBALLO, GREGORIO SANDOVAL GARCÍA, IGNACIO GONZÁLEZ HERNÁNDEZ, DELFÍN AZCUAGA MONTES, JULIA CONESA CONESA, ADELINA GARCÍA CASILLAS, ENRIQUE GARCÍA MAZAS, ESTEBAN DODIGNON GÓMEZ, DOMINGO CÁNDIDO LUENGO, BLANCA BRISAC VÁZQUEZ, CELEDONIO FERNÁNDEZ GALÁN y LUIS NIETO ARROYO, a la pena de MUERTE, y accesorias legales para caso de indulto, y que debemos condenar y condenamos a la procesada JULIA VELLISCA DEL AMO a la pena de DOCE AÑOS Y UN DÍA de reclusión temporal y accesorias legales de inhabilitación absoluta durante la condena, sirviendo de abono para el cumplimiento de la pena privativa de libertad que le ha sido impuesta la totalidad de la prisión preventiva sufrida por esta causa, y reservándose, en cuanto todos los condenados se refiere, y a favor del Estado, la acción civil de responsabilidad de cuantía indeterminada.

ASÍ por esta nuestra sentencia lo pronunciamos, mandamos y firmamos

     Presidente: Teniente Coronel Isidro Cerdeño Gurich.
     Vocales: Capitán Remigio Sigüenza Plata.
                      Capitán Fernando Ruíz Feingenspan.
                       Teniente José Sarte Julia.
     Ponente: Capitán García Marco.



FUENTE: Trece Rosas Rojas, de Carlos Fonseca

IMÁGENES: Google


Las Trece Rosas. 5 de agosto: el fin de sus días y el nacimiento de un símbolo para la lucha

Ya había acabado el día 4 de agosto, habían ganado un día más a la muerte, eso pensaron, cuando dadas las 12 de la noche y a una hora inusual, fueron a buscarlas. Se armó un gran revuelo en toda la prisión de Ventas, murmurándose las unas a las otras que venían a por las menores; los llantos de impotencia por la injusticia que empezaba a hacerse realidad fueron acompañando el trasiego de mujeres de aquí para allá, abrazando los últimos momentos de vida que quedaban a un grupo de mujeres, que morían por buenas, por honestas, por luchar por la libertad.

Fueron trece las mujeres que aquella noche dejaron la prisión hacinada de otras muchas que también esperaban: su indulto, su juicio, su ejecución (desde el 24 de junio de ese mismo año, no había semana en que no ejecutaran a alguna mujer) o, simplemente, cumplir su condena como es el caso de la única joven de esa maldita causa 30.426 que se salvó de la "pepa", Julia Vellisca, que eludió la pena capital a cambio de doce años y un día de reclusión temporal, como una especie de concesión a la defensa, o como un acto de magnanimidad del Caudillo, como queriendo dejar un testigo de aquel castigo ejemplar, como un toque de atención tanto a l@s roj@s como a las mujeres: no se iba a tolerar más que una opinión, un pensamiento, el Único, el impuesto por los vencedores, y toda aquella persona que osase ir en contra de él, teniendo pensamientos libres, podría acabar pagándolo con su vida; así como tampoco se iba a tolerar otro comportamiento en las mujeres que no fuese el impuesto por el nuevo régimen, como una mujer casta, amante esposa y madre; toda aquella conducta que se saliera de estos viejos roles a los que volvían a verse abocadas las mujeres, sería castigada hasta con la muerte. 


Mientras esperaban al destartalado y viejo camión que las conduciría hasta la muerte, unas rezaban y otras aprovecharon para despedirse de sus seres más queridos: Blanca Brisac, la mayor de las trece rosas, se despedía de su hijo, de once años, al que sólo en una noche las fuerzas franquistas iban a dejar huérfano de padre y de madre:

"Querido, muy querido hijo de mi alma. En estos últimos momentos tu madre piensa en ti. Sólo pienso en mi niñito de mi corazón que es un hombre, un hombrecito, y sabrá ser todo lo digno que fueron sus padres. Perdóname, hijo mío, si alguna vez he obrado mal contigo. Olvídalo, hijo, no me recuerdes así, y ya sabes que bien pesarosa estoy.
     Voy a morir con la cabeza alta. Sólo por ser buena: tú mejor que nadie lo sabes, Quique mío...."

Dionisia Manzanero, se despedía de sus padres y hermanos: "Queridísimos padres y hermanos: 
     Quiero en estos momentos tan angustiosos para mí poder mandaros las últimas letras para que durante toda la vida os acordéis de vuestra hija y hermana, a pesar de que pienso que no debiera hacerlo, pero las circunstancias de la vida lo exigen.
     Como habéis visto a través de mi juicio, el señor fiscal me conceptúa como un ser indigno de estar en la sociedad de la Revolución Nacional Sindicalista.
     Pero no os apuréis, conservar la serenidad y la firmeza hasta el último momento, que no os ahoguen las lágrimas, a mí no me tiembla la mano al escribir. Estoy serena y firme hasta el último momento.
     Pero tened en cuenta que no muero por criminal ni ladrona, sino por una idea.
     (...)
      Muchos besos y abrazos de vuestra hija y hermana que muere inocente".

Y Julia Conesa Conesa también se despedía de los suyos, con estas palabras:

     "Madre, hermanos, con todo el cariño y entusiasmo os pido que no me lloréis nadie. Salgo sin llorar. Cuidar a mi madre. Me matan inocente, pero muero como debe morir una inocente.
     Madre, madrecita, me voy a reunir con mi hermana y papá al otro mundo, pero ten presente que muero por persona honrada.
     Adiós, madre querida, adiós para siempre.
     Tu hija, que ya jamás te podrá besar ni abrazar.
     Julia Conesa.

     Besos para todos, que ni tú ni mis compañeras lloréis.
     Que mi nombre no se borre en la historia".

A las 4 de la madrugada llegó el viejo camión, que poco tiempo después y en silencio fueron ocupando las trece jóvenes, para recorrer los escasos 500 metros que separaban la prisión del Cementerio del Este. "Despuntaba de manera tímida en el horizonte la línea de un sol de verano cuando se apearon del camión, y siguiendo las instrucciones de sus guardianes se dirigieron hacia una tapia habilitada en el mismo camposanto como lugar de ejecución. Todo era silencio...". Había llegado el final de las Trece Rosas, ahora sabían que que habían llegado a su destino... 

"Las colocaron en línea, hombro con hombro. Transcurrieron unos instantes interminables, de un silencio espeso, interrumpido por el amartillar de las armas del pelotón de ejecución y las voces de mando del oficial que ordenaba cada paso de aquella ceremonia. Sonó entonces una descarga atronadora..."; las cortas vidas de las trece rosas acababan de ser sesgadas por la Justicia de Franco. "Después, con una cadencia monótona, sonaban uno a uno los tiros de gracia, que el jefe del pelotón descargaba sobre las cabezas de las víctimas, y que aquella madrugada las presas contaron para confirmar la muerte de sus compañeras. Uno, dos, tres... trece". 

Frente a las tapias del Cementerio del Este, aquella mañana del día 5 de agosto de 1939 quedaron truncadas las vidas de trece jóvenes, que apenas comenzaban a vivir; y ese mismo día empezó a forjarse la "leyenda de las menores" o "las Trece Rosas", "que incorporó a la realidad histórica el acervo de quienes hicieron de esta historia un ejemplo de la lucha de las mujeres contra el franquismo. Y así ha perdurado hasta nuestros días...".


FUENTE: Trece Rosas Rojas, Carlos Fonseca.

Las Trece Rosas: ¿Quiénes eran?


"Trece rosas rojas, las trece rosas,
eran trece las llevaba en camión, 
las bajaron a golpes y nerviosas
estrecharon sus manos en el paredón.

Trece rosas rojas, las trece rosas
y delante los fusiles del pelotón
iban a matarlas y victoriosas
gritaron: ¡República y Revolución!

Blanca, Carmen, Virtudes, Avelina,
Dionisia, Luisa, Martina, Victoria,
Pilar, Julia, Ana, Elena, Joaquina.

Trece rosas rojas, en la memoria,
trece rosas rojas en la retina,
roja sangre que escribió la historia.

Aitor Cuervo Taboada

En el ambiente de ese verano de posguerra -trístisimo para un@s y glorioso para otr@s-, se mezclaban las ruinas de los edificios y la pobreza de sus poblador@s con las dolorosas secuelas físicas y psicológicas de la contienda. Y, sobre todo, abundaban ya la propaganda y la represión. El día a día de la capital estaba marcado por las denuncias constantes de vecin@s, amig@s y familiares; por la delación, los procesos de depuración en la Administración, en la Universidad y en las empresas; por las redadas, los espías infiltrados en todas partes, las detenciones y las ejecuciones sumarias. En junio habían comenzado, incluso, los fusilamientos de mujeres -el 24 de junio, con el fusilamiento de las hermanas Guerra Basanta, Manuela y Teresa-. "Españoles, alerta. España sigue en pie de guerra contra todo enemigo del interior o del exterior, perpetuamente fiel a sus caídos. España, con el favor de Dios, sigue en marcha, una, grande, libre, hacia su irrenunciable destino...", voceaban las radios de Madrid. "Juro aplastar y hundir al que se interponga en nuestro camino", advertía Franco en sus discursos. 

"Reunido el Consejo de Guerra Permanente número 9 para ver y fallar la causa número 30.426 que por el procedimiento sumarísimo de urgencia se ha seguido contra l@s procesad@s (...) responsables de un delito de adhesión a la rebelión (...) Fallamos que debemos condenar y condenamos a cada un@ de l@s acusad@s (...) a la pena de muerte", dice la Sentencia. A Julia Conesa la acusaban hasta de haber sido "cobradora de tranvías durante la dominación marxista".

Y apenas 24 horas más tarde, 13 de aquellas mujeres (tendrían que haber sido 14, pero un error mecanográfico salvó temporalmente de la muerte a Antonia Torre Yela, que sería ejecutada meses después, el 19 de febrero de 1940) y 43 hombres fueron ejecutad@s ante las tapias del Cementerio del Este (el Cementerio de la Almudena). El momento lo recuerdan así algunas compañeras de presidio: "Yo estaba asomada a la ventana de la celda y las vi salir. Pasaban repartidores de leche con sus carros y la Guardia Civil los apartaba. Las presas iban de dos en dos y tres guardias escoltaban a cada pareja, parecían tranquilas".

"Algunas permanecimos arrodilladas desde que se las llevaron, durante un tiempo que me parecieron horas, sin que nadie dijera nada. Hasta que María Teresa Igual, la funcionaria que las acompañó, se presentó para decirnos que habían muerto muy serenas y que una de ellas, Anita, no había fallecido con la primera descarga y gritó a sus verdugos:'¿es que a mí no me matan?'".

"Si fue terrible perderlas, verlas salir, tener que soportarlo con aquella impotencia, más lo fue ver la sangre fría de Teresa Igual relatando cómo habían caído. Entre las cosas que nos dijo, fue que las chicas iban muy ilusionadas porque pensaban que iban a verse con los hombres (con sus novios y maridos, también condenados) antes de ser ejecutadas, pero se encontraron que ya habían sido fusilados".

La mayoría de estas mujeres eran menores de edad, entonces establecida en los 21 años. Y por su juventud recibieron el nombre de "las trece rosas", y su historia se convirtió pronto en una de las más conmovedoras de aquel tiempo de odio fratricida y fascismo. 

Las trece rosas eran mujeres que sabían bien lo que hacían, y que con gran valentía y clarividencia lucharon contra el régimen antidemocrático que se avecinaba. Se afiliaron a las Juventudes Socialistas Unificadas (JSU) de forma consciente; pudiendo quedarse en casa, salieron a la calle y optaron por luchar y defender la II República española, desempeñando diversas labores durante la defensa de Madrid y poniendo en riesgo sus propias vidas.

El régimen franquista adoptaba un tono paternalista con las mujeres en sus mensajes, pero trató con igual inquina a hombres y a mujeres. La miliciana era para los vencedores la antítesis de la mujer, cuya misión en la vida era ser madre y reposo del guerrero. Por ello, el régimen de Franco hizo todo lo posible por destruir el espíritu de libertad de las mujeres que se había creado con la República.


Eran modistas, pianistas, sastras, amas de casa, militantes todas, menos Blanca Brisac, de las JSU. El suyo se considera uno de los castigos más duros a l@s vencid@s de la posguerra.

Aunque las detenciones y las ejecuciones habían empezado mucho antes. "El número de detenciones diarias en la capital era muy variable en 1939, aunque muchos días la información titulada 'Detención de autores de asesinato' estaba formada por más de cien nombres...".

"Los peores meses fueron junio, con 227 fusilad@s; julio, con 193; septiembre, con 106; octubre, con 123, y noviembre, con 201. Por días, los más sangrientos fueron el 14 de junio: 80 fusilados; 24 de junio, 102; 24 de julio, 48; el 5 de agosto, 56 (...) Ese día, y 48 horas después de dictar sentencia, fueron fusiladas las 'trece rosas', de entre 18 y 29 años, que habían intentado reconstruir las JSU en la clandestinidad".

"Franco se proponía destruir hasta la simiente de los rojos en este país... y al decir rojos, estoy diciendo los simples demócratas, los liberales, cualquier recuerdo de los tiempos en que España había sido libre".

Las Trece Rosas fueron elegidas para morir entre las 4.000 reclusas hacinadas en Ventas en un espacio pensado para 400 (más de 280.000 presos políticos se contaban en 1939 en España). ¿Por qué ellas y no otras? Pasaron a la historia como "Las Trece Rosas", aunque sus compañeras de prisión las conocían como "las menores" y sus nombres eran Ana López Gallego, Victoria Muñoz García, Martina Barroso García, Virtudes González García, Luisa Rodríguez de la Fuente, Julia Conesa Conesa, Elena Gil Olaya, Dionisia Manzanero Sala, Joaquina López Laffite, Carmen Barrero Aguado, Pilar Bueno Ibáñez, Blanca Brisac Vázquez y Adelina García Casillas. En realidad, deberían haber sido 14, pero Antonia Torre Yela, asistió sorprendida a una "saca" a la estaba destinada pero para la que no la reclamaban. Un error mecanográfico en la orden de ejecución al escribir su nombre, Antonio por Antonia, le permitió eludir aquella tétrica ceremonia; que debería protagonizar unos meses después, al ser ejecutada el 19 de febrero de 1940.

CARMEN BARRERO AGUADO (24 años, modista). Comunista, natural y vecina de Madrid. Afiliada al PCE desde diciembre de 1936, durante la guerra estuvo trabajando en talleres de intendencia de Valencia. Trabajaba desde los 12 años, tras la muerte de su padre, para ayudar a mantener a su familia, que contaba con 8 hermanos más, 4 menores que ella. Encargada por los dirigentes del Comité Nacional clandestino de elaborar un plan de trabajo político destinado a las mujeres, el programa elaborado la señala como una mujer interesada no sólo por la creación de espacios exclusivamente femeninos y especializados en tareas de solidaridad y asistencia -como la propuesta de creación de la "Unión de Mujeres contra la Guerra"-, sino por el desarrollo político de las militantes. Detenida, el 17 de mayo de 1939 ingresó en la cárcel de Ventas. 

MARTINA BARROSO AGUADO (22 años, modista). Natural de Gilbuena (Ávila); vecina de Chamartín de la Rosa (Madrid). En marzo de 1937 entró en las JSU. Hasta finales de 1938 estuvo cosiendo en un taller de su organización y, posteriormente, trabajó en un comedor social hasta el final de la guerra. Integrante de un grupo creado en Chamartín de la Rosa, Madrid, por Julián Muñoz Tarraga, al mando de Sergio Ortiz González, para tomar parte en los trabajos clandestinos de las JSU (iba al abandonado frente de la Ciudad Universitaria a buscar armas y municiones -lo que estaba prohibido-). Ingresó el 6 de junio de 1939 en la cárcel de Ventas, siendo enviada al departamento habilitado para menores de edad.

BLANCA BRISAC VÁZQUEZ (29 años, pianista). Natural de San Sebastián, y vecina de Madrid. Era la única casada, con Enrique García Mazas, y tenía un hijo. No militaba en ninguna fuerza política. Era católica y votante de derechas. De profesión pianista tocaba junto a su esposo en una pequeña orquesta que amenizaba las proyecciones de las películas del Cine Alcalá. La ayuda económica que la pareja hizo a un músico militante del Partido Comunista, Juan Cánepa, tras la guerra hizo que fueran detenidos. El marido de Blanca también estuvo en la saca del día 5 de agosto de 1939. Escribió una carta a su hijo pocas horas antes de ser fusilada, que le fue entregada por su familia (todos de derechas) 16 años después. La carta aún se conserva y dice así:

"Querido, muy querido hijo de mi alma. En estos últimos momentos tu madre piensa en ti. Sólo pienso en mi niñito de mi corazón que es un hombre, un hombrecito, y sabrá ser todo lo digno que fueron sus padres. Perdóname, hijo mío, si alguna vez he obrado mal contigo. Olvídalo, hijo, no me recuerdes así, y ya sabes que bien pesarosa estoy.
     Voy a morir con la cabeza alta. Sólo por ser buena: tú mejor que nadie lo sabes, Quique mío.
     Sólo te pido que seas muy bueno, muy bueno siempre. Que quieras a todos y que no guardes nunca rencor a los que dieron muerte a tus padres, eso nunca. Las personas buenas no guardan rencor y tú tienes que ser un hombre bueno, trabajador. Sigue el ejemplo de tu papachín. ¿Verdad, hijo, que en mi última hora me lo prometes? Quédate con mi adorada Cuca y sé siempre para ella y mis hermanas un hijo. El día de mañana, vela por ellas cuando sean viejitas. Hazte el deber de velar por ellas cuando seas un hombre. No te digo más. Tu padre y yo vamos a la muerte orgullosos. No sé si tu padre habrá confesado y comulgado, pues no le veré hasta mi presencia ante el piquete. Yo sí lo he hecho.
     Enrique, que no se te borre nunca el recuerdo de tus padres. Que te hagan hacer la comunión, pero bien preparado, tan bien cimentada la religión como me la enseñaron a mí. Te seguiría escribiendo hasta el mismo momento, pero tengo que despedirme de todos. Hijo, hijo, hasta la eternidad. Recibe después de una infinidad de besos el beso eterno de tu madre. Blanca."

PILAR BUENO IBÁÑEZ (26 años, modista). Natural de Sos del Rey Católico (Zaragoza), viviendo desde los cuatro años en casa de sus tíos, en la calle Príncipe de Vergara. Modista de profesión, trabajaba en un taller que cosía para gente "bien" por un escaso jornal que la obligaba a prolongar su jornada en casa si quería llegar a fin de mes, ya que la muerte de su tío había convertido su salario en el único ingreso de la familia. Nada más iniciada la guerra, Pilar se ofreció voluntaria para trabajar en una de las numerosas casas-cuna que se abrieron en la ciudad para acoger a los niños huérfanos y atender a los hijos de los milicianos que iban al frente. El 25 de noviembre de 1936 ingresó en el PCE. Empezó a llevar las cuentas del Radio Norte, siendo elegida para formarse como dirigente en la Escuela de Cuadros del partido, de donde salió como secretaria de organización del Radio Norte (zona de Cuatro Caminos). Al acabar la guerra entró en contacto con Federico Bascuñana, trabajando con éste en la dirección del sector Norte. En una reunión celebrada en un descampado, cerca del depósito de aguas del Lozoya, a la que asistió entre otros Enrique Castro, se decidió crear un Comité Provincial, determinándose que el sector Norte, ante la desorganización existente, asumiera sus funciones. Pilar fue nombrada responsable de organización del Comité de Madrid, encargándose de elegir enlaces y dirigentes para los sectores. Una labor complicada por la feroz represión que vivía la ciudad. Su domicilio se convirtió en el centro de reunión de la nueva dirección del partido. Fue detenida el 15 de mayo de 1939 junto a Federico Bascuñana, ingresando en la cárcel de Ventas dos días más tarde (el 17 de mayo).

JULIA CONESA CONESA (19 años, modista). Nacida en Oviedo. Vivía en Madrid con su madre y sus dos hermanas. Una de ellas murió de pena (por la muerte de su novio en las guerrillas) estando ella detenida. Se afilió a las JSU por las instalaciones deportivas que presentaban a finales de 1937, donde se ocupó de la monitorización de éstas. Pronto se empleó como cobradora de tranvías, ya que su familia necesitaba dinero, y dejó el contacto con las JSU. Fue detenida en mayo de 1939 siendo denunciada por un compañero de su "novio". La detuvieron cosiendo en su casa. En una de sus últimas cartas escribió: "Que mi nombre no sea borrado de la historia".

Última carta a su madre:

     "Madre, hermanos, con todo el cariño y entusiasmo os pido que no me lloréis nadie. Salgo sin llorar. Cuidar a mí madre. Me matan inocente, pero muero como debe morir una inocente. 
     Madre, madrecita, me voy a reunir con mi hermana y papá al otro mundo, pero ten presente que muero por persona honrada.
     Adiós, madre querida, adiós para siempre.
     Tu hija, que ya jamás te podrá besar ni abrazar.
     Julia Conesa.
     Besos para todos, que ni tú ni mis compañeros lloréis.
     QUE MI NOMBRE NO SE BORRE EN LA HISTORIA".



ADELINA GARCÍA CASILLAS (19 años, activista). Era conocida como la mulata por su piel morena y sus labios gruesos. Amiga de Julia Conesa y militante también de las JSU, desde principios del año 1937. Hija de un guardia civil viudo. Le mandaron una carta a su casa afirmando que sólo querían hacerle un interrogatorio rutinario. Se presentó de manera voluntaria, pero no regresó a su casa. Ingresó en prisión el 18 de mayo de 1939; donde trabajó como cartera del penal. 

ELENA GIL OLAYA (20 años, activista). Ingresó en las JSU en 1937. El final de la guerra le pilló en Murcia, desde donde regresó a Madrid a primeros de abril de 1939. Una vez en la capital, su amigo Rafael Muñoz Coutado le propuso continuar trabajando para el partido. Se integró junto a Victoria Muñoz en uno de los grupos creados en el sector de Chamartín de la Rosa, que era dirigido por Sergio Ortiz.

VIRTUDES GONZÁLEZ GARCÍA (18 años, modista). Amiga de María del Carmen Cuesta (15 años, perteneciente a las JSU y superviviente de la prisión de Ventas). Se afilió a las JSU en 1936, al poco de estallar la guerra; donde conoció a Vicente Ollero, que terminó siendo su novio, el cual fue nombrado responsable del Radio Oeste de las juventudes al acabar la contienda y ella hizo de enlace entre éste y la dirección madrileña de las mismas. Fue detenida el 16 de mayo de 1939 denunciada por un compañero suyo bajo tortura.



ANA LÓPEZ GALLEGO (21 años, modista). Era la mayor de cuatro hermanos. Militante de las JSU, durante la guerra fue secretaria femenina del Radio de Chamartín de la Rosa. Su novio, que también era comunista, le propuso irse a Francia, pero ella decidió quedarse con sus tres hermanos menores en Madrid. Tras la entrada de las tropas nacionales en Madrid, su amigo Julián Muñoz Tárrega le propuso que se reincorporara a las juventudes como miembro de un grupo dirigido por Sergio Ortiz, del que también formaba parte otras tres 'rosas': Martina Barroso, Victoria Muñoz y Elena Gil Olaya. Fue detenida el 16 de mayo, pero no fue llevada a la cárcel de Ventas hasta el 6 de junio. Se cuenta que no murió en la primera descarga y que preguntó: "¿Es que a mí no me matan?".


JOAQUINA LÓPEZ LAFFITE (23 años, secretaria). Asturiana. La más pequeña de cinco hermanos huérfanos de padre y madre desde 1931. Estudiante. En septiembre de 1936 se afilió a las JSU. Se le encomendó la secretaría femenina del Comité Provincial clandestino. Fue denunciada por Severino Rodríguez (número dos en las JSU). La detuvieron el 18 de abril de 1939 en su casa, junto a sus hermanos. La llevaron a un chalet. La acusaron de ser comunista, pero ignoraban el cargo que ostentaba. Joaquina reconoció su militancia durante la guerra, pero no la actual. No fue conducida a Ventas hasta el 3 de junio, a pesar de ser de las primeras detenidas.

DIONISIA MANZANERO SALAS (20 años, modista). Tercera por edad de los seis hijos de una familia del barrio de Cuatro Caminos. Su padre era militante de la UGT. Se afilió al Partido Comunista (PCE) en abril de 1938, después de que un obús matara a su hermana Pepita y a unos chicos que jugaban en un descampado próximo al domicilio familiar. Amiga de Pilar Bueno, al acabar la guerra fue elegida para que hiciera de enlace entre los dirigentes del partido que quedaron en la capital. Fue detenida el 16 de mayo de 1939. Así se despedía Dionisia de sus padres y hermanos:

     "Queridísimos padres y hermanos,

     Quiero en estos momentos tan angustiosos para mí poder mandaros las últimas letras para que durante toda la vida os acordéis de vuestra hija y hermana, a pesar de que pienso que no debiera hacerlo, pero las circunstancias de la vida lo exigen.
     Como habéis visto a través de mi juicio, el señor fiscal me conceptúa como un ser indigno de estar en la sociedad de la Revolución Nacional Sindicalista. Pero no os apuréis, conservar la serenidad y la firmeza hasta el último momento, que no os ahoguen las lágrimas, a mí no me tiembla la mano al escribir. Estoy serena y firme hasta el último momento. Pero tened en cuenta que no muero por criminal ni ladrona, sino por una idea.
     A Bautista le he escrito, si le veis algún día darle ánimos y decirle que puede estar orgulloso de mí, como anteriormente me dijo.
     A toda la familia igual, como no puedo despedirme de todos en varias cartas, lo hago a través de ésta. Que no se preocupen, que el apellido Manzanero brillará en la historia, pero no por crimen.
     Nada más, no tener remordimiento y no perder la serenidad, que la vida es muy bonita y por todos los medios hay que conservarla. Madre, ánimo y no decaiga. Vosotros ayudar a que viva madre, padre y los hermanos. Padre, firmeza y tranquilidad.
     Dar un apretón de manos a toda la familia, fuertes abrazos, como también a mis amigas, vecinos y conocidos.
    Mis cosas ya os las entregarán, conservar algunas de las que os dejo. Muchos besos y abrazos de vuestra hija y hermana, que muere inocente.

Dioni".

VICTORIA MUÑOZ GARCÍA (18 años, activista). Natural y vecina de Madrid. En 1936 se incorporó a las Juventudes Socialistas Unificadas (JSU). Al acabar la guerra, su amigo Julián Muñoz Tárrega la incorporó al grupo que dirigía Sergio Ortiz en el sector de Chamartín de la Rosa, del que también formaron parte Ana López, Elena Gil, Luisa Rodríguez y Martina Barroso. Victoria era la hermana de Gregorio Muñoz "Goyo", responsable "militar" del sector, y no costó mucho convencerla. Tenía dieciocho años al ingresar en la cárcel de Ventas el 6 de junio de 1939. Su hermano Juan había muerto en comisaría a consecuencia de las palizas recibidas y su otro hermano, Gregorio, había sido fusilado el 18 de mayo. 

LUISA RODRÍGUEZ DE LA FUENTE (18 años, sastra). Comunista, natural y vecina de Chamartín de la Rosa (Madrid). Ingresó en las Juventudes Socialistas Unificadas (JSU) al declararse la guerra, colaborando en trabajos de retaguardia. Al acabar la guerra se encontró un día con Julián Muñoz mientras paseaba por la que había sido Avenida de la Libertad, en el barrio de Tetuán, junto a su amiga Antonia Torres. Julián les informó que las JSU se habían vuelto a organizar, animándolas a unirse al grupo dirigido por Sergio Ortiz en Chamartín de la Rosa, del que también formarían parte Ana López, Victoria Muñoz, Elena Gil y Martina Barroso. Fue detenida el 28 de abril de 1939, denunciada por el agente de Policía Manuel Fernández, que conocía de su filiación comunista durante la guerra. Según sus declaraciones, Julián le habría ofrecido el cargo de jefe de un grupo del sector de Chamartín de la Rosa, para el que tenía que buscar a cinco jóvenes dispuestos a formar parte de él. Cuando fue detenida tan sólo había tenido tiempo de convencer a su primo Isidro Hernández de la Fuente, secretario del Círculo de Vicente Barrios. Ingresó en la cárcel de Ventas en mayo de 1939, siendo la primera de las Trece Rosas en entrar en la prisión.

ANTONIA TORRE YELA (18 años, trabajadora de una fábrica). Comunista, natural y vecina de Madrid. Trabajadora de una fábrica de sobres. En octubre de 1936 ingresó en las Juventudes Socialistas Unificadas (JSU). Tras la guerra civil, formó parte de un grupo, al mando de Sergio Ortiz, organizado en Chamartín de la Rosa (Madrid), para tomar parte en los trabajos clandestinos de las JSU pero no llegaron a realizar ninguno porque fueron detenidos rápidamente. Fue encarcelada en la prisión madrileña de Ventas el 3 de junio de 1939. Era la "rosa decimocuarta". Por un error de transcripción, en el oficio entregado al piquete de ejecución figuraba como Antonio, no fue ejecutada con las demás el 5 de agosto de 1939, sino que lo sería el 19 de febrero de 1940.

Antonia Torre Yela figura erróneamente en diversos listados y documentos oficiales como Antonia Torres Llera, según informó un familiar suyo en carta a El País ya hace algunos años (pp. 328-329 de la tesis doctoral de Fernando Hernández Holgado). 



FUENTES: Trece Rosas Rojas, de Carlos Fonseca; El Mundo, de 19 de octubre de 2007; La Historia en la Memoria; Quienes eran.

IMÁGENES: Google.

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