Por fin, hoy se ha despejado la incógnita sobre el Premio Nobel de la Paz de 2014. Y ha sido un Premio compartido: otorgado a una joven paquistaní de credo musulmán, Malala Yousafzai, y un indio de credo hindú, Kailash Satyarthi. Ambos lo han recibido por su lucha en contra de la opresión infantil y a favor del derecho de todos los niños y de todas las niñas a la educación.
Es un galardón que premia su coraje, pues ambos dan "un mensaje de esperanza a los jóvenes", en palabras del presidente del Comité Noruego del Nobel; pero que resalta que el 60% de la población del Tercer Mundo está por debajo de los 25 años y que "es un pre-requisito para la paz global y el desarrollo que los derechos de los niños [y de las niñas] y de los [y las] jóvenes sean respetados", explicó durante el anuncio del premio este viernes en Oslo. "Es una señal a la comunidad internacional", añadió.
Malala es una firme defensora de los derechos de las mujeres y de las niñas a una educación en su Pakistán natal. Por su labor, recibió un tiro en la cabeza por parte de los talibanes. Nacida en 1997, se ha convertido en la Premio Nobel más joven de la historia. Hasta ahora, la más joven laureada tenía 32 años (Mairead Corrigan, de Irlanda de Norte, premio nobel de la Paz en 1976; y la yemení Tawakkul Karman, que lo obtuvo en 2011). "A pesar de su juventud, ha luchado durante varios años por los derechos de las niñas a una educación", ha declarado el jurado, "y ha mostrado por ejemplo que los niños [y las niñas] y la gente joven puede contribuir a mejorar las situaciones en las que se encuentran".
Malala se dio a conocer con un blog en la BBC, utilizando el seudónimo de Gul Makai, en su versión de Urdu, y en el que denunciaba las condiciones de vida bajo el poder de los talibanes, especialmente las atrocidades sufridas bajo el régimen del Tehrik-i-Taliban (TTP), que ocupó militarmente el valle del río Swat matando a muchos de sus habitantes, destruyendo las escuelas y prohibiendo la educación de las niñas entre los años 2003 y 2009. Tenía apenas 11 años, pero ya escribía sobre la lucha de su familia para que sus hijas fueran educadas.
En octubre de 2012, concretamente el día 9, fue víctima de un atentado en Mingora cuando dos miembros del TTP subieron al autobús escolar en el que se encontraba Malala y le dispararon con un fusil, alcanzándole en el cráneo y en el cuello. El entonces portavoz del grupo terrorista, Ehsanullah Ehsan, afirmó que volvería a intentar matarla y reivindicó el atentado en un comunicado en el qeu reiteraban que la sharía, que está en contra del modelo educativo secular, les obligaba a ello. La joven fue ingresada en un hospital de Rawalpindi, cerca de Islamabad, la capital del país, donde le extrajeron una bala que tenía alojada en el cuello, cerca de la médula espinal. El 15 de octubre fue trasladada al hospital Queen Elisabeth en Birmigham (Reino Unido) para programar las cirugías reconstructivas que debían realizarle por las heridas sufridas. Tres meses y medio después, el 8 de febrero de 2013, fue dada de alta aunque prosiguió con la rehabilitación y tuvieron que implantarle en el cráneo una placa de titanio y también un dispositivo auditivo en el oído izquierdo.
Pero sobrevivió y continúa con su lucha para la educación femenina a través de su fundación.
En octubre de 2012, concretamente el día 9, fue víctima de un atentado en Mingora cuando dos miembros del TTP subieron al autobús escolar en el que se encontraba Malala y le dispararon con un fusil, alcanzándole en el cráneo y en el cuello. El entonces portavoz del grupo terrorista, Ehsanullah Ehsan, afirmó que volvería a intentar matarla y reivindicó el atentado en un comunicado en el qeu reiteraban que la sharía, que está en contra del modelo educativo secular, les obligaba a ello. La joven fue ingresada en un hospital de Rawalpindi, cerca de Islamabad, la capital del país, donde le extrajeron una bala que tenía alojada en el cuello, cerca de la médula espinal. El 15 de octubre fue trasladada al hospital Queen Elisabeth en Birmigham (Reino Unido) para programar las cirugías reconstructivas que debían realizarle por las heridas sufridas. Tres meses y medio después, el 8 de febrero de 2013, fue dada de alta aunque prosiguió con la rehabilitación y tuvieron que implantarle en el cráneo una placa de titanio y también un dispositivo auditivo en el oído izquierdo.
Pero sobrevivió y continúa con su lucha para la educación femenina a través de su fundación.
FELICIDADES Y ENHORABUENA MALALA!!!!
PARA MÍ, UN PREMIO NOBEL MUY MERECIDO!!!!
FUENTES: El Mundo, 20 Minutos
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