Esta semana se celebran dos efemérides que nos recuerdan a dos mujeres muy importantes en su época, una de ellas filósofa y escritora inglesa, y precursora del feminismo: Mary Wollstonecraft, y la otra una de las grandes poetisas del siglo XX: Alejandra Pizarnik.
Mary Wollstonecraft. El pasado 27 de abril, pero de 1759, nacía la filósofa y escritora inglesa Mary Wollstonecraft. Su juventud fue difícil, no sólo por la precariedad económica -debido a los graves problemas financieros de su familia-, sino también por los arrebatos violentos de su progenitor. Sin embargo, Mary pudo abrirse a una educación diferente y menos represiva de lo que se consideraba adecuado para una mujer en aquellos años.
Su obra abarca novelas, cuentos, ensayos, tratados, un relato de viaje y un libro de literatura infantl. Pero su obra más famosa, será Vindicación de los derechos de la mujer, escrito en 1792 y en el que critica la situación de las mujeres en su época y plantea la necesidad del acceso de las mujeres a una educación racional. Si bien no plantea la igualdad de derechos (no propone el sufragio femenino) ni se puede decir que sea un libro feminista (el movimiento como tal surgiría casi un siglo más adelante), lo cierto es que es una obra pionera en la discusión del lugar de la mujer en las sociedades modernas y, por eso, será sacado del olvido al que lo condenó la moral de la época, horrorizada por los escándalos personales de su autora, por pensadoras de la talla de Emma Goldman y Virginia Woolf.
Alejandra Pizarnik. Un día como hoy, 29 de abril, pero de 1936, nacía en Buenos Aires (Argentina) Alejandra Pizarnik, hija de inmigrantes judíos, y bautizada con el nombre de Flora Pizarnik Broniker. Creció en el barrio de Avellaneda. Asistía a la escuela regular por las mañanas, y al instituto hebreo por las tardes. Se dice que los motivos para el desarrollo de una personalidad en violenta batalla consigo misma fueron, especialmente, la temprana inconformidad con su apariencia y la incapacidad para sentirse cómoda en un idioma que no era en realidad su lengua materna.
La obra de Alejandra Pizarnik se ubica entre las más intensas y originales de la literatura argentina. Obra que no se reduce sólo a un poemario de calidad excepcional, sino que abarca también la crítica literaria y una vasta correspondencia. El interés por el lenguaje, las palabras y su imposibilidad de definir la realidad son los ejes principales de su poesía.
Por sus versos surrealistas, las circunstancias de su muerte y su carácter depresivo, se ha creado una suerte de mito alrededor de la figura de Alejandra Pizarnik, una de las grandes poestisas del siglo XX.
"Soy mujer. Y un entrañable calor me abriga cuando el mundo me golpea. Es el calor de las otras mujeres, de aquellas que hicieron de la vida este rincón sensible, luchador, de piel suave y tierno corazón guerrero".