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viernes, 29 de abril de 2016

EFEMÉRIDES: Mary Wollstonecraft y Alejandra Pizarnik

Esta semana se celebran dos efemérides que nos recuerdan a dos mujeres muy importantes en su época, una de ellas filósofa y escritora inglesa, y precursora del feminismo: Mary Wollstonecraft, y la otra una de las grandes poetisas del siglo XX: Alejandra Pizarnik.

Mary Wollstonecraft. El pasado 27 de abril, pero de 1759, nacía la filósofa y escritora inglesa Mary Wollstonecraft. Su juventud fue difícil, no sólo por la precariedad económica -debido a los graves problemas financieros de su familia-, sino también por los arrebatos violentos de su progenitor. Sin embargo, Mary pudo abrirse a una educación diferente y menos represiva de lo que se consideraba adecuado para una mujer en aquellos años.

Su obra abarca novelas, cuentos, ensayos, tratados, un relato de viaje y un libro de literatura infantl. Pero su obra más famosa, será Vindicación de los derechos de la mujer, escrito en 1792 y en el que critica la situación de las mujeres en su época y plantea la necesidad del acceso de las mujeres a una educación racional. Si bien no plantea la igualdad de derechos (no propone el sufragio femenino) ni se puede decir que sea un libro feminista (el movimiento como tal surgiría casi un siglo más adelante), lo cierto es que es una obra pionera en la discusión del lugar de la mujer en las sociedades modernas y, por eso, será sacado del olvido al que lo condenó la moral de la época, horrorizada por los escándalos personales de su autora, por pensadoras de la talla de Emma Goldman y Virginia Woolf.

Alejandra Pizarnik. Un día como hoy, 29 de abril, pero de 1936, nacía en Buenos Aires (Argentina) Alejandra Pizarnik, hija de inmigrantes judíos, y bautizada con el nombre de Flora Pizarnik Broniker. Creció en el barrio de Avellaneda. Asistía a la escuela regular por las mañanas, y al instituto hebreo por las tardes. Se dice que los motivos para el desarrollo de una personalidad en violenta batalla consigo misma fueron, especialmente, la temprana inconformidad con su apariencia y la incapacidad para sentirse cómoda en un idioma que no era en realidad su lengua materna. 

La obra de Alejandra Pizarnik se ubica entre las más intensas y originales de la literatura argentina. Obra que no se reduce sólo a un poemario de calidad excepcional, sino que abarca también la crítica literaria y una vasta correspondencia. El interés por el lenguaje, las palabras y su imposibilidad de definir la realidad son los ejes principales de su poesía. 

Por sus versos surrealistas, las circunstancias de su muerte y su carácter depresivo, se ha creado una suerte de mito alrededor de la figura de Alejandra Pizarnik, una de las grandes poestisas del siglo XX. 
"Soy mujer. Y un entrañable calor me abriga cuando el mundo me golpea. Es el calor de las otras mujeres, de aquellas que hicieron de la vida este rincón sensible, luchador, de piel suave y tierno corazón guerrero".



Poesía Hecha Por Mujeres (XVIII). ALEJANDRA PIZARNIK


Alejandra Pizarnik: la sonrisa desde el precipicio

Hoy se cumplen 80 años del nacimiento de una de las grandes poetisas bonaerenses. 


"Soy mujer. Y un entrañable calor me abriga cuando el mundo me golpea. Es el calor de las otras mujeres, de aquellas que hicieron de la vida este rincón sensible, luchador, de piel suave y tierno corazón guerrero".

"La jaula se ha vuelto pájaro y ha devorado mis esperanzas".
Por sus versos surrealistas, las circunstancias de su muerte y su carácter depresivo, se ha creado una suerte de mito alrededor de la figura de Alejandra Pizarnik, una de las grandes poetisas del siglo XX.

Pizarnik nació el 29 de abril de 1936 en Buenos Aires, hija de inmigrantes judíos, y fue bautizada con el nombre de Flora Pizarnik Broniker. Creció en el barrio de Avellaneda. Asistía a la escuela regular por las mañanas, y al instituto hebreo por las tardes. Se dice que los motivos para el desarrollo de una personalidad en violenta batalla consigo misma fueron, especialmente, la temprana inconformidad con su apariencia y la incapacidad para sentirse cómoda en un idioma que no era en realidad su lengua materna.

Entre los temas recurrentes en la escritura de Pizarnik está la memoria de esos parajes de la infancia, a los que a menudo reconoce como escena original de la tristeza:

"Recuerdo mi niñez
cuando yo era una anciana
Las flores morían en mis manos
porque la danza salvaje de la alegría
les destruía el corazón.

Recuerdo las negras mañanas de sol
cuando era niña
es decir ayer
es decir hace siglos".

"El despertar" (Las aventuras perdidas)

En 1954 ingresó en la Universidad de Buenos Aires donde estudió Periodismo y Filosofía y Letras, abandonando los estudios tres años después. Empezó a tomar clases de pintura con Juan Batlle Planas. De sus dibujos, llegó a exponer algunos en galerías de Buenos Aires.

A los 22 años publicó su primer libro de poemas La tierra más ajena, colección que luego ella misma excluiría del listado de sus obras.

Un débil equilibrio emocional y los tortuosos acosos del insomnio que describe en sus diarios, la llevaron a refugiarse muy pronto en las anfetaminas y a buscar ayuda en sesiones de psicoanálisis. En 1956 publicó un segundo poemario titulado La última inocencia, que dedicó a su analista Oscar Ostrov. En este libro se revela ya uno de los rasgos constitutivos de su escritura: la construcción de un yo lírico autobiográfico, volcado al mundo interior que nombra el desconsuelo y coquetea siempre con la muerte:

"Qué haré con el miedo
Qué haré con el miedo

Señor
El aire me castiga el ser
Detrás del aire hay monstruos
Que beben mi sangre

Cómo no me suicido frente a un espejo
Y desaparezco para reaparecer en el mar
Donde un gran barco me esperaría
Con las luces encendidas!?"

Vivió en París entre 1960 y 1964, y allí trabajó para la revista Cuadernos y, como traductora, para algunas editoriales de escritores como Antonio Artaud, Henry Michaux, Aimé Casairé e Yves Bonnefoy. Conoció, durante dicha estancia, a Julio Cortázar y Octavio Paz -éste último sería prologuista de su libro Árbol de Diana (1962)-.

Los diarios de Alejandra Pizarnik, recogidos por primera vez por Olga Orozco y Ana Becciú en Textos de sombra y últimos poemas (1982), se han convertido en el recurso privilegiado de los críticos para indagar en sus procesos de escritura y en el desarrollo de la depresión y enfermedad mental que la llevó al suicidio. En París, durante el mismo período en que publicó uno de sus libros más celebrado, Árbol de Diana, escribió:

"... El más grande misterio de mi vida es éste: ¿por qué no me suicido? En vano alegar mi pereza, mi miedo, mi distracción. Tal vez por eso siento, cada noche, que me he olvidado de algo". (8 de marzo de 1962). 

En 1965, ya de regreso a Buenos Aires, obtuvo el premio municipal y publicó Los trabajos y las noches, una selección de los textos escritos en París. Pero la escritura de Pizarnik está siempre cercada por su inconformidad ante el propio lenguaje. Sus textos, de forma preferiblemente breve, revelan la ansiedad por llegar a un sitio medular de las palabras. Sus diarios relatan, además, la búsqueda por desatar su lenguaje del plano autorreferencial:

"En el fondo yo odio la poesía. Es, para mí, una condena a la abstracción. Y además me recuerda esa condena que no puedo 'hincar el diente' en lo concreto. Si pudiera hacer orden en mis papeles algo se salvaría. Y en mis lecturas y en mis miserables escritos" (25 de julio de 1965).

lunes, 7 de marzo de 2016

8 de Marzo: Día Internacional de la Mujer, ¿mera celebración o lucha y reivindicación?

Por MAR FERNÁNDEZ | Publicado el 8 de marzo de 2015

Su apropiación por parte de las instituciones públicas lo vacía de su carácter de lucha



El 8 de marzo se conmemora en casi todos los países del mundo el Día Internacional de la Mujer, cuyos orígenes debemos relacionarlos con el movimiento internacional de mujeres socialistas de finales del S. XIX, que tenía como finalidad la lucha por los derechos de las mujeres sin restricciones. Pero no será hasta 1910, cuando Clara Zetkin, líder del movimiento de mujeres socialistas de Alemania, proponga la celebración de un día internacional de la mujer durante la II Conferencia Internacional del mes de agosto en Copenhague. Y hasta 1911 cuando se conmemore por primera vez el 19 de marzo en los países de Austria, Alemania, Suecia y Dinamarca, donde se congregaron más de un millón de mujeres, quienes con una única voz reivindicaron sus derechos al trabajo, al voto femenino y a ocupar cargos públicos; en pocas palabras, el fin de la discriminación hacia la mujer.

Sin embargo, la conmemoración de este 8 de marzo no entrará en la agenda internacional hasta el tercer cuarto del siglo XX, en concreto hasta el año 1975, en el que por primera vez y coincidiendo con el Año Internacional de la Mujer se celebró este día por parte de las Naciones Unidas, empezando así la desvirtuación del espíritu del mismo, que se centra en la reivindicación de los derechos de las mujeres sin restricción de ningún tipo y en conmemorar a tantas mujeres, conocidas o no, que lucharon para que se nos reconociera lo que nos pertenece: nuestros derechos, y no migajas o pequeñas concesiones de ellos.

Por tanto, han pasado 40 años desde que este día se convirtió en "internacional" y, desde entonces hasta el momento actual, ha ido incorporándose en las agendas políticas de los distintos países, hasta el punto de que las instituciones públicas se han ido apropiando del 8 de marzo, del Día Internacional de la Mujer, quizá desvirtuando así su primigenio carácter de reivindicación y de lucha por los derechos de las mujeres.


En efecto, son numerosos los actos que los distintos gobiernos realizan en torno a esta fecha, pero parece ser que después del día 8 ya no hay nada más, parece ser que después del día 8 de marzo las mujeres ya no existimos; esto es, las instituciones conmemoran y celebran este día, mientras los restantes 364 días que completan el año permanecen pasivos y en silencio cómplice mientras se vulneran los derechos de las mujeres y de las niñas, recortándolos o violentándolos; o incluso elaboran leyes que los recortan aún más. Se podrían enumerar un sinfín de ejemplos en que predominan prácticas sociales, costumbres o incluso leyes que vulnera, directa o indirectamente, nuestros derechos, convirtiéndolos en simple moneda de cambio a efectos partidistas o electoralistas; pero excedería la extensión del artículo.

De todas formas, con ello no pretendo ni quiero decir que deba suprimirse este Día Internacional de la Mujer, que creo muy necesario, pero también creo muy necesaria una reapropiación del mismo por parte de los movimientos feministas y de mujeres, por parte de todas las mujeres de todo el mundo, arrebatándoselo a las instituciones públicas -que lo están convirtiendo en una mera festividad-, para devolverle el tan necesario espíritu de lucha, de reivindicación de algo que nos pertenece por el simple hecho de ser personas: nuestros derechos y libertades sin restricciones. Nos lo debemos y se lo debemos a nuestras predecesoras, grandes mujeres que, silenciadas por la historia, desde su activismo político y social lograron -incluso a costa de su propia vida- conquistar muchos de estos derechos que hoy nos quieren arrebatar.


FUENTE: Blasting News

sábado, 6 de febrero de 2016

49 Años sin Violeta Parra, sin la voz del pueblo

El 5 de febrero de 1967, hace 49 años, falleció la cantautora chilena Violeta Parra, en Santiago de Chile. Referente obligado de la música popular austral en el mundo, fue, por encima de todo, una luchadora que reivindicó e hizo valorar la riqueza de la cultura popular de su país. Compositora de gran cantidad de canciones, su pieza más conocida es Gracias a la vida. Su intensidad, sus fracasos amorosos, la indiferencia de sus compatriotas y sus dificultades económicas generaron en ella una gran depresión que finalmente la condujo a atentar contra su vida. Nació el 4 de octubre de 1917.

"Amiga soy de la lluvia
porque es un arpa cantora
de alambres y de bordonas
que tuntunean con furia..."

Violeta Parra.

Violeta Parra constituye un referente de la música popular chilena para el mundo. Su veta artística se plasmó en numerosos matices: artista de radio, compositora y recopiladora folklórica, artista plástica, poeta. Su obra pudo llegar al público masivo gracias a la efectiva relación que tuvo la artista con la industria musical, convirtiéndose así en un ejemplo de cómo la industria y el arte pueden tener una relación armoniosa.

Hija de una familia tradicional del sur de Chile, Violeta vivió su infancia en distintas localidades de la zona de Chillán, sector donde tuvo sus primeras experiencias artísticas.

Tempranamente se inició en el canto. Ello le permitió en forma precoz, a los 17 años, cantar en distintos restaurantes acompañada de su hermana Hilda. Luego de su traslado a Santiago, en aquel mismo ambiente, conoció al ferroviario Luis Cereceda, con quien contrajo matrimonio en 1938 y formó una familia. Su matrimonio terminó diez años después. La desilusión provocada por este amor marcó gran parte de la vida y obra de la artista.

Su existencia estuvo marcada por los constantes viajes, tanto dentro del país como hacia el extranjero. Todas las experiencias obtenidas de este constante ir y venir, le otorgaron un notable bagaje cultural y el conocimiento tanto de la realidad chilena, como del acontecer universal, constituyéndose en una especie de testimonio de identidad desde Chile hacia el mundo.

Gran parte del movimiento musical chileno generado desde la década de 1950, tuvo en Violeta Parra y su familia un punto de partida. Con estrechos lazos con el movimiento conocido como Nueva Canción Chilena, Violeta reflejó también la evolución del canto popular a través de los distintos espacios en que la artista tuvo que desenvolverse. Sus composiciones y recopilaciones, además, fueron un punto de referencia para el posterior desarrollo de la música nacional, transformándose en la principal figura de la historia de nuestro folklore.

Pero toda esa sensibilidad que plasmó en su obra, tuvo un triste desenlace en su vida. Su intensidad hasta en las cosas más sencillas, sus fracasos amorosos y sus dificultades económicas, generaron en ella una gran depresión que la condujo al suicidio el día 5 de febrero de 1967.

Para más información. 

domingo, 1 de noviembre de 2015

CINE Y VIOLENCIA DE GÉNERO: ¿Cómo Representa El Cine La Violencia De Género?


POR MAR FERNÁNDEZ
INVESTIGADORA FREELANCE EN ESTUDIOS DE GÉNERO, FEMINISTAS Y SEXUALIDADES.

1. INTRODUCCIÓN.

El objeto del presente artículo es analizar cuál es la representación que hace el cine de la violencia machista, esto es, si lo podemos catalogar como potenciador de esta violencia o de agente "visibilizador" del maltrato a las mujeres, evidenciando al tratar este tema dos manera de violencia:
  • La que presenta la propia trama argumental.
  • Y la que se deriva de relegar a las mujeres a papeles secundarios, adjudicándoles roles menores, de los que se desprende poco poder de decisión dentro del discurso y provocando que estén como verdadero "adorno".
Y el objetivo último que pretendo con este análisis es reflexionar sobre el papel que juega el cine en la sensibilización o no sobre la violencia contra las mujeres, intentando responder a las siguientes cuestiones:
  • ¿Cómo muestra el cine la violencia machista?
  • ¿Cuáles son los elementos que destaca de ella?
  • ¿Qué conclusiones podemos extraer?
  • ¿Estas conclusiones pueden servirnos para intervenir en contra de dicha violencia?
La respuesta a estas preguntas nos conducen a una serie de conceptos como son: estereotipos, discriminación, prejuicios, violencia física, violencia sutil, violencia psicológica, micromachismos, poder o control, que están en la base de dicha violencia contra las mujeres.

Asimismo, para dar respuesta a estas cuestiones, también trataremos en los próximos apartados sobre la representación de la violencia de género en los medios de comunicación y, por supuesto, en el cine; y acabaremos con el análisis de una película que aborda desde una mirada plural el tema del maltrato contra la mujer en el ámbito doméstico: "Te doy mis ojos", de Icíar Bollaín.